Científicos argentinos identifican un nuevo mecanismo del cáncer que podría mejorar terapias inmunológicas y antiangiogénicas

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Cada año, más de 10 millones de personas mueren en el mundo a causa de distintos tipos de cáncer. Una de las razones que explican la agresividad de esta enfermedad es su capacidad para evadir el sistema inmune y desarrollar nuevos vasos sanguíneos que alimentan el tumor, en un proceso conocido como angiogénesis.

Ahora, un equipo de científicos argentinos realizó un hallazgo clave que podría mejorar la eficacia de los tratamientos contra distintos tipos de tumores. El estudio, publicado en la prestigiosa revista Immunity de la editorial Cell Press, identificó un circuito molecular que favorece la evasión inmune y la angiogénesis a través de la acción de una proteína: la galectina-1 (GAL1).

El trabajo fue liderado por el doctor Gabriel Rabinovich, investigador del Conicet, profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e integrante del Instituto de Investigación Caixa, en España. “Logramos conectar los programas inmunitarios y vasculares que regulan las células mieloides supresoras (MDSCs), abriendo nuevas perspectivas terapéuticas para el tratamiento del cáncer”, explicó Rabinovich.

Rabinovich ha visitado Misiones en varias oportunidades, donde mantuvo reuniones con el conductor político Carlos Rovira y expresó su reconocimiento al modelo de salud pública local. En particular, elogió el trabajo del Instituto Misionero del Cáncer, destacándolo como un ejemplo de gestión científica y sanitaria en la región.

Un blanco prometedor para nuevas terapias

Las células MDSCs son producidas en la médula ósea y, aunque forman parte de la primera línea de defensa del organismo, pueden volverse aliadas del cáncer. Su presencia facilita la evasión del sistema inmune y promueve la formación de vasos sanguíneos que nutren el crecimiento tumoral. Al entender cómo se modulan estas células, se abre la posibilidad de diseñar terapias más precisas para bloquear su efecto.

El nuevo estudio demuestra que la proteína GAL1 —que interactúa con glicanos, es decir, moléculas de azúcar en la superficie celular— activa señales intracelulares que potencian las funciones inmunosupresoras y proangiogénicas de las MDSCs.

“Esto contribuye a que las MDSCs inhiban a los linfocitos T antitumorales y estimulen la formación de vasos sanguíneos a través de factores como VEGF”, explicó Rabinovich. Los pacientes con alta expresión de GAL1 y gran presencia de MDSCs mostraron una peor evolución clínica, lo que convierte a estos dos elementos en posibles biomarcadores pronósticos.

Resultados preclínicos y anticuerpos prometedores

Los investigadores combinaron modelos animales con estudios bioinformáticos y análisis de biopsias humanas. En ratones con tumores, aplicaron un anticuerpo neutralizante contra GAL1 que logró reprogramar a las células MDSCs y reducir el crecimiento del tumor.

Esto sugiere que GAL1 podría convertirse en un blanco terapéutico relevante para tratamientos inmunológicos y antiangiogénicos, especialmente en pacientes con cánceres refractarios a las terapias actuales. “Se podría utilizar un anticuerpo anti-GAL1 como monoterapia o en combinación con terapias existentes para potenciar su eficacia”, planteó Rabinovich.

El nuevo enfoque sería especialmente útil en pacientes con niveles elevados de GAL1 o perfiles inmunológicos desfavorables.

Una investigación con fuerte participación nacional

La primera autora del estudio fue Ada Blidner y el codirector, Diego Croci. Participaron además Camila Bach, Pablo García, Joaquín Merlo, Alejandro Cagnoni, Laura Giribaldi, Juan Stupirski, Mariana Salatino, Karina Mariño, entre otros. Los investigadores pertenecen al Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) y al Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM), ambos dependientes del Conicet y de universidades nacionales.

También colaboraron Martín Abba (Universidad Nacional de La Plata) y Fernanda Troncoso (Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA).

El proyecto recibió apoyo del Programa de Redes Federales de Alto Impacto de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, la Agencia Nacional de Ciencia y Tecnología, la Fundación Sales, la Fundación Williams, la Fundación Barón y el respaldo de las familias Ferioli, Ostry y Alfonso. También se sumaron los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y la Fundación Lounsbery de Estados Unidos.

Perspectivas clínicas

“Este estudio aporta una mirada fundamental sobre el papel de la galectina-1 en la inflamación tumoral, la supresión del sistema inmune y la promoción de la angiogénesis”, señaló el doctor Rubén Kowalyszyn, secretario general de la Asociación Argentina de Oncología Clínica y director médico del Instituto Multidisciplinario de Oncología en Viedma, quien no participó en la investigación. “Aunque se trata de resultados preclínicos, son alentadores y abren la puerta a nuevas opciones terapéuticas más eficaces”, opinó en diálogo con Infobae.

El avance también respalda la iniciativa de GALTEC, una empresa de base tecnológica fundada en 2023 por el equipo de Rabinovich, que busca aplicar los anticuerpos anti-GAL1 en ensayos clínicos, especialmente en cáncer colorrectal.

Así, la ciencia argentina vuelve a posicionarse a la vanguardia en la lucha contra el cáncer, con aportes originales que podrían mejorar la vida de millones de personas en todo el mundo.

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